Alemania, parque nacional Hainich.

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Existen destinos hacia los que vuelan múltiples compañías aéreas y es posible encontrar billetes a muy buen precio, sobre todo en invierno Frankfurt es uno de ellos, y, a priori, diciembre no parece ser el mejor momento para visitarla, pero en realidad, sólo se trata averiguar qué se puede hacer en esas fechas, que en este caso fue realizar una escapada para retratar los paisajes invernales del Parque Nacional Hainich, buscar gatos salvajes y aprovechar las tardes para recorrer los mercadillos navideños que pueblan la zona en esta época del año.

Parque Nacional Hainich

Está situado a unos 200 km al noroeste de Frankfurt en el estado de Turingia. El modo más cómodo  de desplazarse hasta allí  es  alquilando un coche, sobre todo si es para una escapada corta, como fue el caso. Entre otros atractivos, el parque nacional Hainich cuenta con un pequeño recorrido sobre plataformas a 40 metros de altura. Sorprendentemente,  Hainich es muy poco conocido pese a que la UNESCO lo reconoció como patrimonio de la humanidad en el año 2011.

¿Visitarlo en invierno?

Desde luego que si, pero para hacer actividades invernales como pequeñas caminatas. De los dos accesos al parque que visitamos, uno era intransitable  en coche y tuvimos que caminar casi una hora.  Dadas las condiciones, no encontramos a nadie en la pequeña ruta que realizamos, si acaso dos o tres lugareños en una pequeña casa de madera  que hacía las veces de bar, en el que tras la caminata pudimos degustar un Gluhwein, que es una especie de vino caliente dulzón que con el frío entra que da gloria :D. Imaginaos el panorama:   ¡Un bosque brumoso y nevado sólo para nosotros!

El paisaje que encontramos era inquietante; gigantescos árboles cubiertos de nieve se ceñían sobre la senda creando un ambiente frío y oscuro, la neblina parecía moverse con vida propia entre los troncos y contribuyó todavía más a crear sensación de soledad, acrecentada por la ausencia total de turistas. Aproveché para realizar un trabajo fotográfico en el que traté de capturar las sensaciones que vivimos aquella mañana.

El segundo acceso al parque que visitamos si que era transitable en coche, pero había muy pocos turistas. Además, el acceso al circuito de plataformas en las copas de los árboles estaba cerrado, por lo que rectificamos el plan sobre la marcha e hicimos una caminata sencilla en los alrededores del centro de visitantes, para posteriormente visitar Hütscheroda, que es un parque en el que han recreado el hábitat de los gatos salvajes con la finalidad de preservar la especie y en el que reciben alimentación diaria controlada. Decidimos  hacer esta visita ya que los gatos salvajes eran objetivo prioritario en este viaje y verlos durante las caminatas era misión casi imposible, debido a las condiciones climatológicas, a lo esquivo de estos animales, y a las escasas decenas de ejemplares que pueblan el bosque.

Alojamiento:   elegimos  un apartamento en el municipio de Bischofroda, cercano a la zona oeste del parque. La dueña encantadora, el apartamento limpio, amplio y el precio ajustado. Es ideal si se tiene la intención de visitar Hainich. https://www.erholung-am-hainich.de/

Enlaces de interés:

http://www.germany.travel/es/ocio-relax/paisajes-naturales/parques-nacionales/parque-nacional-de-hainich.html

https://www.youtube.com/watch?v=ssXKlZe71JY

Mercados navideños

Los pueblos alemanes en Navidad se caracterizan por sus mercados navideños. Aquellos núcleos más poblados suelen mantenerlo abierto desde antes del periodo navideño, y en aquellas aldeas más humildes es muy posible que sólo funcionen los fines de semana. La mejor forma de informarse: de primera mano, preguntando a los lugareños que de buen grado estarán dispuestos a ayudaros. Nuestra presencia allí despertaba mucha curiosidad, ya que parece que  no son muchos los españoles los que se acercan por aquellos lares, y quedamos prendados de la amabilidad de la gente.

Si consultáis guías sobre mercados navideños en Alemania y rankings, en todos ellos encontraréis el de Frankfurt y demás grandes capitales. Sin embargo los de algunos pueblecitos con pocos habitantes tienen un encanto especial y además, los precios son sensiblemente inferiores. Sin  duda, el que más nos gustó fue el de Erfurt, la capital de Turingia. Os recomendamos encarecidamente que lo visitéis. Mirad las fotos 😉

 

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